24 de febrero de 2008

De ventanas

Hay algo extraño en los espacios delimitados por un marco, pequeñas ranuras que nos dejan ver tras ellas nuevos mundos. En medio de un paisaje infinito, los muros se aparecen para cortarlo y nos limitan en la intimidad del encierro. Yo, necesito ventanas. Ventanas que me protegen de la propia intimidad. Que en lugar de encerrarme a mí, encierran el afuera y me muestran lo hermoso y triste que resulta encontrar un cachito de cielo como techo de los cables y las azoteas.

2 comentarios:

Mariana dijo...

Protegerte de que hay afuera, caray, y todos tenemos que lidiar con ello.

Ivan Ortega-López dijo...

me recuerdas al cuento del anciano que al salir de prision se dirige a su taller para construir una jaula y al terminar de construirla la lleva a la plaza y se mete dentro y todos creen que se ha vuelto loco pero no saben que el anciano rencoroso ahora ha encerrado a todo el mundo dentro de esa jaula y que solo el esta libre