16 de junio de 2010

Transcripción

Me sorprende la manera en la que he dejado de escribir. Nunca, en toda mi vida había dejado pasar tanto entre uno y otro de mis registros del paso del tiempo. Mi mano ha comenzado a padecer calambres por falta de uso. No se puede. Nunca se pudo, ni se podrá. Tengo miedo del paso del tiempo, de la muerte, de los otros, del río, de Dios. Siento vértigo. Miedo. Hace mucho que no lloro. Quiero ir al cine. SOLA. Encontrar personas en el camino que sean personas solas y hacernos compañía. Quiero cerrar los ojos y soñar con Esther y hacernos compañía. Hay días en los que todo se reduce. Que me siento atrapada en la lógica y el orden de mis palabras. Me alimento de la observación de los otros. LOS OTROS. La posibilidad de un interlocutor a la vuelta de la esquina. La no posibilidad de escribir. Segismundo. Creo que tengo que irme antes de ser olvidada en mi propia casa. Antes de ser reducida a un mueble, mueble Beckmann, mueble Isabel. FIN. El llanto al finalizar la mejor de las novelas. "Pecas de autocompasión". ¿Se puede? ¿Puedo ser colgada de contentillo? ¿Subirme a mi rama de vez en cuando para recordar, para no estar tan asustada? ¿Puedo?

14 de marzo de 2010

21 de febrero de 2010

17 de febrero de 2010

Volver

... Y la casa está sola. Los sonidos se vuelven cada vez más nítidos. El crujir de la puerta puede significar la llegada de un extraño, la manifestación de una presencia conocida.

Es verdad que los muertos no se van nunca, que los llevamos cargando como un equipaje lleno de recuerdos para no olvidarnos de nosotros mismos, pero eso no hace que pierda el miedo a perder la maleta en la estación de algún país lejano, dándome cuenta de que puedo continuar el viaje sin ella y, más que nada, que la maleta ya no necesita de mí.

3 de mayo de 2009


Hoy fue uno de esos días temáticos. Cada cierto tiempo aparecen temas recurrentes: objetos, palabras, nombres, colores. Algunas veces son intermitentes (como la manía que me llegó hace un par de años de recoger tornillos oxidados por la calle), otros son permanentes e incluso algunos de ellos se niegan a desaparecer, a pesar de que resultan redundantes y dolorosos.

Dentro del campo cromático, saliendome de la gama acostumbrada, me encontré en medio de una día rojo. Me vestí de rojo. Escribí en mi cuaderno rojo. Consulté mi agenda roja, sujetando con mis uñas rojas, una pluma (azul, nada es perfecto). Leí Estudio Escarlata. Contemplé largo rato un collar de cuentas rojas. Sentí mi rojo corazón palpitando con demasiada intensidad, tras ver Fanny y Alexander.

Salí, escapando de tanta sangre y de otros temas recurrentes (nombres y conversaciones, principalmente), y me encontré pedaleando en mi bicicleta en medio del casi desierto Centro de Coyacán. Me sentí sola. Y me di cuenta de que la eterna disyuntiva entre "El Todo" y "La Nada", es el verdero tema de estas tristes y enrojecidas tardes de los últimos meses.

2 de abril de 2009



¿Qué le pasa a Isabel? ¿Por qué se ve tan cansada, tan niña, tan de pronto?
Tengo una piedra para tí. Fue escogida de entre muchas en un río, tiene tu nombre. Solo tú nombre. Quiero te la tragues, quiero que la piedra viaje por tu cuerpo, que recorra tu garganta para incrustarse en tu estómago. Quiero que esté metida dentro de tí y que al mismo tiempo se encuentre lo suficiente en la superficie para ser sensible al tacto. Quiero que aprendas a amarla como a ti mismo y que aprendan a amarte junto con ella. Quiero que sea parte de tí. Es tuya, tiene tu nombre. Tómala. Es para tí. Fue escogida. ¿Fue? Sí.

1 de marzo de 2009

Veo mi refeljo en el cristal oscuro y me doy cuenta de que no estoy sola

Y aún después de todo este tiempo, la sombra sigue detrás de mí. No importa que ya es de día, no importa que ya soy otra, no importa que ya no nos respondemos como relfejo y que yo no he mirado atrás para confirmar su presencia. Temo perderla, como Orfeo, y que nunca podamos salir de este camino hacia la salida del inframundo.

(¿ ?)

18 de diciembre de 2008

Por qué es imposible matar a un muerto

(Y Clitemnestra, preparando nerviosamente las maletas, lo encuentra de frente. Se miran. Ella ríe. ¿De qué?)

¿Que por qué? … y ¿por qué no? A nadie le hacía falta tu presencia… ¿O sí? ¿Realmente el pueblo extrañó la figura del líder? No… no la extrañó. Al contrario, la llegada de Agamenón fue una decepción para las masas. Justamente cuando comenzaban a acostumbrarse a tu imagen de héroe, tu presencia humana lastimaba con su violenta realidad las fantasías del pueblo.


Porque ya no nos hacías falta. Porque lo que llegó aquella tarde no era mi marido, era otra cosa. Era un fantasma, era un muerto, era el marido de otra, era el gobernante de otra ciudad que ninguno de nosotros conocía.


¿Qué por qué? Es ahí donde fallaron tus torpes intuiciones. Lo sabías, ¿no?, sabías que no habría habido un solo momento en el que mi amor se agotara. Siempre te ha gustado anticiparte a las declaraciones “Ya lo sabía”, me dices, ¿Ya lo sabías? ¿En verdad ya lo sabías? ¿No crees que si realmente lo sabías podrías habernos ahorrado tanto esfuerzo? ¿Podrías haberme ahorrado tanto esfuerzo? Porque si algo queda claro es que me dejas vulgarmente sola, dándome la espalda. Así, de espaldas, y yo mirándote, y tú dándote cuenta.


Porque sí, Agamenón, porque ya no nos hacías falta. Así que ahora, dame los boletos, y vayámonos de aquí.


17 de noviembre de 2008

¿En qué jarra estarán esperando mis llaves?

De estrellas y pelotas de tenis



Medea y Jasón, Clitemnestra y Agamenón.
Estoy en la construcción del crimen y la pelota esta punto de hacernos caer.

20 de octubre de 2008

Para la sombra de mi bien esquivo

Deténte, sombra de mi bien esquivo
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.

Si al imán de tus gracias atractivo
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?

Sor Juana Inés de la Cruz

29 de septiembre de 2008

28 de septiembre de 2008

La Poética de la Ensoñación

Atrapada en el insomnio y sobreviviendo de la ensoñación diurna, he comenzado a vivir en una nueva realidad. Me veo perseguida por la tragedia familiar de Electra y los Átridas, mientras observo a Centauro dirigirse siempre hacia el sur, Prometeo suelta sus cadenas y camina por las calles de París, Afrodita se une a Diana creando una nueva diosa, Eduardo II ha perdido su forma y se muestra como un gran grupo de hombres peleando por un balón en el escenario, Arreola e Ibragüengotia mezclan sus palabras en mi cabeza y mientras pienso en reclamarle al zapatero, me dedico a homenajear a la burocracia capitalina, Peter Brook me sonríe transformado en Jesucristo y el Odin Teatret canta mi bienvenida al mundo del teatro.
Soy niña, soy anciana, soy un gato, soy envidiosa, soy valiente, soy Meryl Streep, soy Amelie, soy Mafalda, soy Laura Almela, soy Electra, soy Madame Bovary, soy Else, soy Julia, soy La Cantante Calva.
Paralelamente, continúo lucubrando mis fantasías habituales (¿La ruptura representa una nueva oportunidad? ¿Por qué cuando me miras te miro? ¿Un té?)

Y yo, siempre inconforme, muerta por el cansancio, me acuesto por las noches, cierro los ojos y mis propios sueños nocturnos (gracias Esther por el remedio para recordarlos) me impiden descansar de la ficción. Que así sea.

23 de septiembre de 2008

16 de septiembre de 2008

Así es. Era verdad. Cuando entras al CUT, entras al CUT. Y no hay tiempo para otra cosa.

10 de junio de 2008

Nostalgia


Homenaje al mejor espejo de cuerpo completo. Te voy a extrañar mi querida biblioteca.